🎨 ¡Hola, querid@s artistas!
Lo llamaban Dios—pero él nunca pidió serlo.
Con una sola palabra, las ciudades obedecían. Con una mirada, los enemigos caían.
El poder llegó con facilidad. Demasiada.
Caminaba por encima de todos, intocable, frío, divino.
Pero detrás de sus ojos dorados había una tormenta que nunca mostró.
Ser adorado significaba estar solo.
La debilidad era traición.
Así que gobernaba con silencio, con fuego, con miedo.
No porque lo disfrutara… sino porque no tenía otra opción.
En un mundo que exigía dioses, eligió convertirse en uno.
Pero a veces, en la oscuridad de la noche, se preguntaba—¿cómo se sentiría volver a ser simplemente humano?
Apaga el teléfono y reserva este momento solo para ti. Colores, pinceles… ¡y acción! 🖼️🖌️
